Clasica


La música clásica o culta surgió tomando elementos de otras tradiciones musicales: la música de la Antigua Grecia y la música de la Antigua Roma (sobre todo por sus contribuciones teóricas), la música de la Iglesia católica (principalmente el canto gregoriano). Los hitos que definieron su rumbo, sin embargo, fue el descubrimiento y posterior desarrollo de la polifonía, así como el posterior desarrollo de la armonía, la revolución musical conocida como el Ars nova y la evolución de la notación musical, además del estudio de la estética musical. Con la era de los descubrimientos que comenzó en el siglo XV y posterior colonialismo, la música clásica llegó a otros continentes y sufrió una síntesis con las tradiciones musicales de los nuevos territorios. Encontramos expresiones de la música clásica en Estados Unidos (p.ej. Charles Ives), Latinoamérica (p.ej. Alberto Ginastera, Heitor Villa-Lobos), Asia (p.ej. Tōru Takemitsu, Tan Dun), África y Oceanía, pero que están conectadas a la música clásica de tradición europea.


La música culta esta hecha para ser disfrutada por sí misma, a diferencia de otras músicas que funcionan como adjuntas a otras formas de entretenimiento (la música de cine es tratada ocasionalmente como música clásica). Los conciertos de música clásica suelen tener lugar en una atmósfera relativamente solemne, esperándose que el público se mantenga en silencio para evitar distraer la concentración de los demás. Los intérpretes de ordinario visten formalmente, una práctica que es normalmente interpretada como un gesto de respeto para la música y el público, y los músicos tampoco interactúan directamente o bromean con el público. Lecturas privadas de música de cámara pueden tener lugar en ocasiones domésticas más informales.


Como en las bellas artes, la música clásica aspira a comunicar una cualidad trascendental de la emoción, que expresa algo universal acerca de la condición humana. Si bien la expresión emocional no es una propiedad exclusiva de la música clásica, esta honda exploración en la emoción permite que la mejor música clásica alcance lo que ha sido denominado lo "sublime" en el arte. Por ejemplo, la musicalización del poema de Friedrich Schiller Oda a la Alegría en la Novena sinfonía) de Beethoven, que suele interpretarse en actos de independencia nacional o de celebración, como aquella famosa ocasión en que la dirigió Leonard Bernstein para marcar el colapso del Muro de Berlín, y la tradición japonesa de tocarla para celebrar el Año Nuevo. Sin embargo, otros compositores, como Iannis Xenakis, argumentan que el efecto emocional de la música en los oyentes es arbitrario y que, por lo tanto, la complejidad objetiva o el contenido de información de la pieza es lo supremo.



 A lo largo de la historia, los padres se aseguraron de que sus hijos fuesen instruidos en la música culta desde muy temprana edad. Un experiencia musical temprana daba las bases para un estudio serio posterior. Para aquellos que deseaban ser ejecutantes, cualquier instrumento es prácticamente imposible de aprender a nivel profesional si, o al menos un instrumento similar, no eran aprendidos desde la infancia. Algunos padres buscaban la enseñanza musical por razones sociales o en un esfuerzo por impartirles un útil sentido de la auto-disciplina; las lecciones parecen mostrar también un incremento en el desempeño académico. Algunos consideran que el conocimiento de las obras de la música clásica es parte de una buena cultura general.



CUALIDADES QUE DEFINEN LA MÚSICA CLÁSICA
  • Se busca una música delicada, muy brillante, alegre y plástica.
  • Para ello la melodía toma una importancia enorme y se convierte   en el elemento básico de esta música, la melodía es el alma   de la música clásica. Para encontrar estas melodías se va a   recurrir a la música popular, música folklórica.
  • Estas melodías se construyen de tal forma que reflejan esa   perfección, con frases de ocho compases (divididas en dos   períodos de cuatro y cuatro) de dieciséis (ocho mas ocho) o   de seis (tres mas tres). Es decir se crean unas melodías enormemente   regulares.
  • Se pierde el ritmo mecánico del Barroco,   en favor de ritmos más naturales y variados proviniendo muchas   veces precisamente de la melodía.
  • Se buscan tonalidades fáciles y simples, con preferencia   de los tonos mayores sobre los menores, éstos sólo se usan cuando   la música quiere llegar a fuertes esferas de la expresión;   esta es una de las razones por lo que la música clásica aparece   como algo alegre, brillante y claro.
  • El clasicismo se expresa sobre todo a través de la forma Sonata   y la Sinfonía y secundariamente con otras formas de carácter   popular como la Serenata, la Casación y el Divertimento.
  • La música clásica tendrá como ideal el crear algo puramente   bello, es decir, una música que no sirva a ninguna finalidad   fuera de si misma, por ello que no intente servir, representar,   imitar, que sea un arte que se sostenga por si mismo, sin propósitos   concretos.
  • La norma del Clasicismo es construir una música lo más simple   posible, y por ello simboliza al hombre como ser armónico y   sin problemas.
  • Por fin el Clasicismo ayudado de los ideales de la Revolución   Francesa va a conseguir extender la música a la mayor cantidad   posible de público, que desde ahora va a comenzar a valorar   en toda Europa enormemente la música.